viernes, 21 de diciembre de 2007

LA DESPEDIDA BREVE

Y me alejé sin mirar atrás,
intuyendo que quizá me dirigías,
en ese instante,
una última mirada
antes de adentrarte en aquel oscuro portal.
Me alejé con los ojos cerrados,
luchando por no girarme y mirarte de nuevo,
por no reconocer en tus ojos
el anhelo de una frase no pronunciada
y condenada ya al olvido antes de nacer.
Me aparté de ti por no caer en tus brazos,
por no morir en tu boca
y perderme en tus ojos claros...
Porque,
de detenerme y mirar atrás,
hubiera tenido que afrontar
la muda llamada de tu mirada,
o quizá algo infinitamente peor,
el vacío de tu ausencia en el portal.

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