Lamo tus heridas
como si fueran miel.
Beso el suelo que pisas
igual que un perro fiel.
Mas tú no lo sabes,
pues es desde un sueño.
Desde el sueño que te inventa,
desde el sueño que te ama
tan despacio,
que llega el día y sigue el sueño,
porque busca tu mirada.
Y mientras tenga vida,
a ti he de consagrarla.
Y no espero nada.
Seguir soñando.
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