Ver el apuro en el que este gran actor se vio, el domingo pasado, al recoger el Goya honorífico por toda una carrera y ser incapaz de articular palabra me ha conmovido hasta la lágrima.
Todo el mundo se ha afanado rápidamente en buscar los motivos: que si fue fruto de los nervios, de alguna medicación que tomara, incluso el atisbo de un posible ictus.
Y yo me pregunto, ¿qué más dará el porqué? La cuestión realmente importante es cómo vivió él esa dramática y angustiosa situación. Quería dar las gracias y despedirse de sus compañeros de profesión con un buen discurso (metódicamente preparado), que dejara huella, y no sólo le voló de la mente, sino que perdió por unos instantes la facultad de pronunciar una mínima frase coherente.
Puede que la huella que deje en ellos no sea la de un gran actor con un discurso plagado de palabras inflamadas, pero sin duda, al menos en mi recuerdo, será la de un gran actor, nada endiosado, que, pese a toda una vida dedicada a los escenarios, subió por última vez a uno y sucumbió, de un modo profundamente humano, al pánico escénico.
Todo el mundo se ha afanado rápidamente en buscar los motivos: que si fue fruto de los nervios, de alguna medicación que tomara, incluso el atisbo de un posible ictus.
Y yo me pregunto, ¿qué más dará el porqué? La cuestión realmente importante es cómo vivió él esa dramática y angustiosa situación. Quería dar las gracias y despedirse de sus compañeros de profesión con un buen discurso (metódicamente preparado), que dejara huella, y no sólo le voló de la mente, sino que perdió por unos instantes la facultad de pronunciar una mínima frase coherente.
Puede que la huella que deje en ellos no sea la de un gran actor con un discurso plagado de palabras inflamadas, pero sin duda, al menos en mi recuerdo, será la de un gran actor, nada endiosado, que, pese a toda una vida dedicada a los escenarios, subió por última vez a uno y sucumbió, de un modo profundamente humano, al pánico escénico.
6 comentarios:
Demostró ser un ser humano tremendamente sensible, emotivo...una vez más.
Un abrazo
Totalmente de acuerdo. A mí también me lo pareció...
Saludines
Alfredo Landa es uno de los mejores de la historia del cine español, y el Goya de Honor totalmente merecido.
Cuando vi la ceremonia por la TV, sufrí por él por el mal rato que seguro estaba pasando, porque un día tan importante para él tenía que ser perfecto. Pero lo que también vieron mis ojos fue a un hombren normal ,que ante el reconocimiento de sus compañeros ante tantos años de dedicación a una profesión, tan bonita y tan dura como el ser actor, se emocionó lo cual me conmovió e hizo que le admirará aún más si cabe.
Un saludo Esteruca y gracias por pararte por mi blog
Hola, Niobe, gracias a ti igualmente por pasarte por aquí. Me gusta tu blog, así que haré algo más que pararme en él... :)
Un abrazo escarlata
Conmovedor, compartí con él sus nervios, hasta en ese momento logró trasmitir muchisimo, sentí que quería abrazarlo y decirle que no importaba, que era suficiente pasearse por la historia del cine en España para entender lo grande de su paso por él y no hacian falta sus palabras, las gracias eran todas nuestras...
Y pensar que más de uno se habrá alegrado de lo que le pasó, e incluso, reído... En fin...
Un beso, Mary
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