lunes, 4 de febrero de 2008

A MARIO


Mario Benedetti ha salido por fin del hospital, después de casi un mes internado en cuidados intensivos.
Pero ya no es el mismo, está cansado, y no es por la enfermedad, ni siquiera por los previsibles achaques de sus 87 años, parece que está cansado de vivir. Lleva dos años sin escribir ni un solo verso, exactamente el tiempo que hace que perdió a su mujer. Y cuando un poeta, un escritor, no escribe, empieza a morir, lentamente, como las hojas arrancadas de un árbol empiezan a secarse, privadas de la savia que las alimenta...

Recojo un fragmento de su poema Bodas de perla, dedicado a su mujer en su treinta aniversario de bodas:

“cuando la conocí
tenía apenas doce años y negras trenzas
y un perro atorrante
que a todos nos servía de felpudo
yo tenía catorce y ni siquiera perro
calculé mentalmente futuro y arrecifes
y supe que me estaba destinada
mejor dicho que yo era el destinado
todavía no sé cuál es la diferencia.”

Ojalá pudiera hacerte llegar mis palabras de ánimo y convencerte de que sigas vivo, de que no te dejes morir. ¡Escribe, haznos ese favor! Date un atracón de nutritivas palabras que te devuelvan la fuerza, enhebra sustanciosos verbos, meriéndate todos los signos de puntuación, si hace falta, pero sigue vivo. Tus lectores te necesitamos.

2 comentarios:

Mary dijo...

He visto algunos casos muy cercanos donde "morir de amor" no es solo una frase; la persona amada muchas veces es nuestro aliento vital y cuando no está a nuestro lado nos apagamos de a poco y nada nos importa... Cómo no entender a Benedetti?

Anónimo dijo...

Pues sí, hay algunos casos... Pocos, pues hay poca gente con la capacidad de amar realmente.
Un abrazo