Ya no me duele el silencio de tu nombre.
Tanto tiempo lleva acompañándome
que ha secado la herida que abrió en mí.
Ya no me duele...
Ya no...
El eco de tu nombre
ya no sale a recibirme a cada paso.
Ya no viene a lomos de aquel extraño mar
en que hasta hoy te busqué.
Ya no esparce juguetones pétalos
por el frondoso bosque de mi memoria.
Su aroma empieza a disiparse en él
igual que la niebla temprana.
Siento cómo se convierte,
sin remedio,
en un tibio pronombre,
tú,
que pronto será sólo eso,
silencio.
Y ya no me asusta.
Ya no...
Ahora ya puedo decirlo.
Ahora que nada temo perder,
ahora que ya todo lo perdí.
8 comentarios:
Ufff!!!! "Ahora que nada temo perder,ahora que ya todo lo perdí"... hermoso, triste y como lo entiendo...
Gracias, Mary :)
Ahora que el eco solo te devuelve silencio, quizás podrás oir otros nombres que llegue con la brisa del amanecer desde esa isla donde observas el complicado mundo evolucionar :-)
srgi.
Estaré atenta, pues...
Y si no, preguntaré a las caracolas ;)
Un abrazo y gracias por dejarte sentir
Hola Ester, llego a tí a partir del blog de Ana R. de Trazos breves y me encanta haberlo hecho.
Me gusta tu blog y me gusta como escribes, te visitaré.
Hola, Pizarr, bienvenida a este humilde espacio. Vuelve a él siempre que quieras...
Me alegra que hayas dado el "salto": los amigos de Ana R. son mis amigos ;)
Un beso escarlata
Me gustó tu blog, querida Ester, encontré poemas sentidos y profundos e interesantes textos.
Que tu libro Laberinto íntimo te colme de recompensas y satisfacciones.
un cariño
Analía
Gracias, Analía, por visitarme. Espero que sigas haciéndolo ;)
Sí, el libro me está dando muchas satisfacciones. EStoy súper contenta.
Un abrazo
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