Como ya escribía Bécquer en sus famosos versos, las golondrinas vuelven cada año al lugar donde colgaron sus nidos. Este año, de nuevo me han visitado varias parejas de golondrinas, tal como vienen haciendo desde hace ya algunos. Han nacido aquí, en mi casa, y ahora regresan, ya adultas, para hacer su propio nido y crear su propia familia.
Suelen posarse en los cables de la luz y allí entonan dulces melodías que sólo ellas entienden, pero que confieren a mi hogar un entorno de paz y tranquilidad impagable. Algunas son tan osadas que, incluso, en alguna ocasión se han atrevido a entrar en el comedor de la vivienda y revolotear unos instantes sobre mi cabeza. A mí me gusta pensar que es su particular saludo, su "ya estamos aquí de nuevo. ¿Qué tal te ha ido?".
Aquí las tenéis, en su "cuatrigrama" particular, componiendo con sus menudos cuerpos una singular partitura, que va cambiando a cada rato con cada nueva incorporación o marcha.
Suelen posarse en los cables de la luz y allí entonan dulces melodías que sólo ellas entienden, pero que confieren a mi hogar un entorno de paz y tranquilidad impagable. Algunas son tan osadas que, incluso, en alguna ocasión se han atrevido a entrar en el comedor de la vivienda y revolotear unos instantes sobre mi cabeza. A mí me gusta pensar que es su particular saludo, su "ya estamos aquí de nuevo. ¿Qué tal te ha ido?".
Aquí las tenéis, en su "cuatrigrama" particular, componiendo con sus menudos cuerpos una singular partitura, que va cambiando a cada rato con cada nueva incorporación o marcha.
2 comentarios:
Pues felicidades por esas maravillosas visitantes... Un beso amiga
Jajaja, lo malo es que lo dejan todo perdido... Besos
Publicar un comentario