sábado, 3 de octubre de 2009

Yo, mí, me, conmigo

A veces,
pocas veces,
hablo de mí.


Quizás en días
en que me aquejan
algunas pocas décimas
de fiebre egocéntrica.


Acaso en esos días
en que soy consciente
de que conozco a poca gente.


Puede que hoy sea
uno de esos días
y me toque hablar de mí.


Así pues,
me subo al estrado
y me declaro anacoreta
antes que falsa y veleta.
Prefiero pasar por rara
a sentirme estafada.
Objeto de la vida diaria
si no me deja vivirla
sincera y sin paraguas.


Me declaro culpable
(y no me quejo)
de emocionarme
con el olor a poesía
de las librerías de viejo;
con el baile de estrellas
en los ojos de un niño travieso;
de no gustarme la lluvia
una tarde de domingo
simplemente
porque no estás conmigo.


Confieso que he reído,
llorado,
perdido
y ganado.
Que he cruzado puentes
de ida,
de vuelta,
de espaldas
y descalza.



Señores del jurado,
antes de dar su veredicto
y juzgarme loca o cuerda,
prosaica o poeta,
sepan que me acojo
a la quinta enmienda.


4 comentarios:

Mary dijo...

Me gusta, me gusta!!!... Un abrazo grande y gracias, mil gracias por todo, por ustedes me declaro enamorada de Barcelona... Besitos

Esteruca dijo...

Ha sido todo un placer!! :)
Vuelve siempre que quieras. Te estaremos esperando!!!
A ver cuándo me pasas las fotos. :))
Un abrazo

FRANCISCO PINZÓN BEDOYA dijo...

Lo leo como un grito de independencia

Adelante y sé tú

Un abrazo desde este Medellín medio lluvioso

Esteruca dijo...

Muchas gracias por leerme, Francisco.
Espero que sigas pasando por aquí.
Un saludo