Hay un mundo donde los príncipes no lucen corona, no desenvainan
espadas, no montan en veloces caballos ni vienen cargados de regalos con
que impresionar a las princesas. Les basta con lucir una sonrisa
franca, agarrar con fuerza sus sueños para que no escapen volando y
acercarse paso a paso.
Hay un mundo donde las princesas no viajan en
carrozas ni esperan a los príncipes encerradas en altas torres. Ellas
no necesitan que nadie las salve, se divierten solas y son felices
sintiendo en la mejilla el sutil beso de una mariposa.
Hay un mundo paralelo donde todo es posible. Tú sabes el camino. Allí nos vemos.
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