Si supieras hasta qué punto me duele tu ausencia,
no dudarías en volver a mí desde donde quiera que estés.
Surcarías mares y océanos,
desiertos y selvas,
nada te detendría.
El segundo es la muerte del que espera.
El tiempo en el amor tiene otro tiempo.
La espera es infinita,
como la pena.
El gozo es un relámpago de fuego
que no dura,
pero se instala
para siempre
en el recuerdo.
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