Cierro los ojos y mi alma viajera
surca espacios nunca vistos,
vastos mares de suave y cálido azul.
Es rápida como el relámpago,
silenciosa como el recuerdo.
Te descubre a lo lejos y,
contenta,
te rodea con sus brazos
que no sientes,
te besa y te estremeces...
No es de frío,
amor,
el sol sobre tu piel es testigo de la osadía
y la aplaude.
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