Hoy te he soñado.
Cogías mis manos entre las tuyas
y las acariciabas.
Nos fundíamos en un abrazo cálido
en el que he sentido tu cuerpo,
que parece que aún siento a mi lado.
Lo peor de todo es despertar
y descubrir que el gozo ha sido un espejismo
y que nunca se podrá repetir
fuera de otro sueño.
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