viernes, 25 de julio de 2008

DEL AMOR Y OTRAS LOCURAS


El amor está de enhorabuena. Sobrevive en los lugares más insospechados y bajo cualquier apariencia. Pese a los pesimistas, a los desencantados, los amargados, frustrados, a los rencorosos -que de todo hay en la viña del Señor-, que se empeñan en decir que el amor verdadero no existe, están los optimistas, los esperanzados, los felices, los realizados, los generosos, que se empeñan en demostrar lo contrario y, de paso, dar un empujón de ánimo a los indecisos.

Hoy, dos noticias particularmente emotivas me rescatan de la mala leche que me produce leer el periódico y no encontrar entre sus páginas más que guerras, intrigas políticas, corrupción, muertes, violencia, perversión, catástrofes y niños muertos (literalmente) de calor olvidados por sus padres en el coche. ¡¿Para cuándo un periódico que traiga sólo noticias buenas?! Sin duda, una utopía más...

La primera noticia es la de un niño que, a sus ochos años, se ha casado con su gran amor. Leyendo sólo el titular, a algunas personas quizá les parezca una locura; a otras, un despropósito; otras se llevarán directamente las manos a la cabeza y, mesándose los cabellos cual tragedia griega, invocarán a su dios y vaticinarán horrendos castigos divinos para la humanidad; a otras -más equilibradas, sin duda-, la historia les hará sonreír al traerles a la memoria algunos instantes felices compartidos a esa edad, en la que el amor es puro y limpio, pues no se ha manchado aún con el interés, el egoísmo y la malicia con que la edad obsequia a algunas personas.
Sin embargo, hay que leer toda la noticia para darse cuenta realmente de la trascendencia del acto. El niño llevaba enfermo de leucemia desde los 4 años y, al enterarse de que estaba a punto de morir, quiso recuperar a su antigua novia. Los padres de ambos niños hicieron de improvisados celestinos y lo prepararon todo. Se casaron, para el niño fue uno de los días más felices de su corta existencia y, al día siguiente, murió. Que cada cual le dé la lectura que quiera. Para mí es el triunfo del amor sobre la muerte.

La segunda noticia, no tan impactante, pero no menos emotiva, es la de un hombre que se ha pasado quince años recomponiendo, cual puzle, las cartas de amor que escribió en su día a su esposa, ya fallecida, y que ésta rompió en dos mil pedazos al enterarse de que alguien las había leído.

Sin duda, dos noticias para alegrarnos el día a aquellos que seguimos creyendo en los milagros del amor y su bendita locura. Recomiendo a todo el mundo que, en un momento u otro de su vida, se deje llevar por esta locura. Experimentemos, aunque sea por un ratito, qué se siente al dejar de pensar en uno mismo y al sentir que darías la vida por alguien.

A los que se atrevan, mi enhorabuena y mi ánimo; a los que crean que estas palabras son sólo el fruto de un momento de locura transitoria, o de euforia inducida, mi pésame y una recomendación: por su seguridad, bajo ningún concepto intenten... emularnos.

6 comentarios:

Bernabé dijo...

Se puede, no??

Algún día yo podré también...

El Amor es más fuerte, gracias por recordarme eso Esteruca.

Un abrazo...

Anónimo dijo...

Yo sé que tú puedes, Bernabé. De eso, no me cabe la menor duda. :)
Un beso

Helena dijo...

Que bello,que en un mundo cada dia más materialista todavia quede un rincon para el amor.
Felicidades por el blog.

Anónimo dijo...

Gracias, Helena. Es un placer saberte por aquí. :)
Un abrazo

Anónimo dijo...

Holaaaa!! Ya de vuelta. Que maravilla regresar y encontrarme en primera plana " Del Amor y otras Locuras",que no sabrè yo de locuras por amor!!! Pero sea como sea el Amor es el motor que siempre moverà mi vida... Ah! soy Mary... es que tengo olvidada mi clave jajaj

Anónimo dijo...

Tú lo has dicho. El amor es el motor que lo mueve todo. Estoy de acuerdo.
Un besazo