lunes, 13 de abril de 2009

UNA NOCHE CON GLENDA

Texto representado el 4 de abril de 2009 en el transcurso de Talents 02.


Negro. Suena de fondo música de jazz y un foco ilumina con intensidad creciente a los músicos, situados al fondo del escenario, centrados. La iluminación será tenue, anaranjada, cada vez que intervengan.


A la derecha del escenario y delante, una silla y un tocador con espejo. Sobre el tocador, toda clase de potingues. A la izquierda y delante, un biombo y una percha con una bata de seda colgada en ella. Sobre el biombo reposan unos guantes.

(Desde el fondo, ruido de llamar a la puerta. Los músicos dejan de tocar, quedan en negro, y se ilumina la parte de delante: tocador y biombo. Voz en off.). ¡Glenda, diez minutos y a escena!

Glenda. (Situada detrás del biombo, alarga el brazo y coge la bata. Mientras se la pone, responde con voz abatida.) Ok. (Con pasos cansados, se dirige al tocador y se deja caer en la silla.) (Para sí.) Siempre la misma ceremonia...

(Con voz abatida y mirándose fijamente en el espejo.) Mírate, estás horrible. (Empieza a maquillarse.) Y ahí fuera hay muchas personas que han venido para verte... ¡que han pagado para verte! ¿Y con qué les vas a pagar tú? Con esta cara de amargada que espanta... Haz el favor de cambiar de actitud. Así no puedes salir a cantar...

(Se mira fijamente al espejo, con disgusto, tocándose las ojeras. Le da un manotazo a las cosas y las tira al suelo. Después observa un instante el bolso y lentamente saca de él una botella de whisky y un bote de pastillas. Los deja sobre el tocador. Acaricia la botella. La agarra repentinamente y hace ademán de beber, pero se detiene, arrepentida, y se echa a llorar. Se recompone y enciende un pitillo.)

(Mirándose al espejo.) ¡Loca estúpida! Vas a estropearte el maquillaje. (Lanza una bocanada de humo al espejo y apaga el cigarro.)

(Recoge las cosas del suelo y repara en el bolso, que dejó a sus pies al entrar. Rebusca en él y saca una carta. La observa unos instantes, se seca las lágrimas, lee para sí y después lee en voz alta el poema Tu nombre es silencio. Los músicos acompañan con una pieza de carácter melancólico.)

Glenda. (Melancólica.) No debiste rendirte tan rápido, Max. (Mira la carta ensimismada. Los músicos pasan a negro.)

(Desde el fondo, ruido de llamar a la puerta. Voz en off.). ¡Glenda, cinco minutos y a escena!

Glenda. (Con fastidio.) Sí, vale, vale... (Pega la carta en el espejo.)

(Sigue maquillándose, pero no puede dejar de pensar en la carta. La mira varias veces de reojo. Al cabo de unos segundos se levanta, la coge de nuevo, lee para sí unos segundos y luego en voz alta el poema El eco del mar. Los músicos acompañan con una pieza de carácter esperanzado.)

(Desde el fondo, ruido de llamar a la puerta. Músicos pasan a negro. Glenda va a abrir.)

Glenda. (Fuera de escena. Confusa.) Pero... ¿y esto?... ¿es para mí?

(Entra en escena, entusiasmada, con un ramo de flores.)

Glenda. (Leyendo el sobre. Extrañada.) ¿Max? (Sonríe, esperanzada, y abre el sobre a toda prisa. Lee la nota, primero para sí, luego en voz alta, muy contenta: poema Esperanza. Sin acompañar musicalmente.)

(Corre al tocador, deja el ramo y rebusca nerviosamente en el bolso hasta dar con el móvil. Empieza a marcar, pero se arrepiente y cuelga. Está nerviosa. Vuelve a marcar y esta vez permanece a la espera.)

Glenda. (Turbada.) Hola... He recibido tus flores... [...] Sí, mucho, son preciosas... Pero no me esperaba... [...] Lo sé, lo sé... [...] No... Yo soy la idiota... Fui yo la que te dije... [...] Sí, es verdad, no hablemos de eso ahora... Así, ¿sigues en Milán? [...] ¿No? ¿Y dónde...? [...] (Loca de contenta.) ¿Cómo? ¿Lo dices en serio?

(Desde el fondo, ruido de llamar a la puerta. Glenda tapa con la mano el auricular y mira hacia la puerta. Voz en off.) ¡Glenda, ha llegado el momento! ¡Un minuto y a escena!

Glenda. (En voz alta.) Voy... (Retomando la conversación telefónica.) Max, tengo que dejarte. Luego nos vemos... [...] (Amorosa.) Sí... Te he oído... Fila 5 asiento 12.

(Cuelga. Se quita la bata rápidamente y la deja sobre la silla.)

Glenda. (Tirando la botella de whisky y el tubo de pastillas a la papelera.) ¡A la mierda! (Se mira al espejo, coqueta, y se pinta los labios.)

(Sonriendo y sin dejar de mirarse al espejo.) Sí, ha llegado el momento. Bien, allá voy, ¡el show debe continuar! (Estampa un sonoro beso en el espejo.)

(Se apresura a salir, pero a medio camino se acuerda de los guantes y vuelve al biombo a buscarlos. Sale de escena, por el fondo, colocándoselos. Negro, unos segundos después, se ilumina el foco de los músicos con luz más viva, y Glenda entra de nuevo en escena, seguida por el foco principal; se aproxima al público y saluda, como si llegara al escenario. Canta unos segundos de la pieza Summer Time mientras se va cerrando el telón.)

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