Baja el niño la vista ante las armas
que amenazan con lengua gris de acero.
Sus ojos brillan más que el gran lucero
que se lleva fugaz cándidas almas.
A sus amigos busca entre las llamas
y desesperado corre hacia un bombero
que se juega la vida entre el mortero.
Cae ceniza del techo de las aulas.
En el suelo, infantiles risas rotas
se apagan a la par que su ilusión
de acabar sus disfraces de gaviotas.
Señores, se suspende la función.
Si cambian de canal, almas devotas,
no olviden musitar una oración.
que amenazan con lengua gris de acero.
Sus ojos brillan más que el gran lucero
que se lleva fugaz cándidas almas.
A sus amigos busca entre las llamas
y desesperado corre hacia un bombero
que se juega la vida entre el mortero.
Cae ceniza del techo de las aulas.
En el suelo, infantiles risas rotas
se apagan a la par que su ilusión
de acabar sus disfraces de gaviotas.
Señores, se suspende la función.
Si cambian de canal, almas devotas,
no olviden musitar una oración.
4 comentarios:
Bonito homenaje a esos niños. Siempre los niños las victimas de todas las guerras y todos los despropósitos de los mayores.
Veo que estos días ambas nos hemos movido ente recuerdos de guerras.
Y respecto a lo que me decías de la familia, efectivamente estoy muy orgullosa de lo que fueron capaces de transmitirnos. Porque he visto de cerca familias enteras arrastrando odios durante generaciones y así no se puede vivir...
No hay que olvidar, no hay que ceder, pero hay que seguir adelante con dignidad y saber estar. Eso pienso yo. Y por como lo hicieron siempre estare agradecido a mis abuelso y a mis padres.
Un abrazo
Tienes razón, Pizarr, los niños siempre son las víctimas inocentes (si es que hay alguna que no lo sea...).
Cuando veo en el telediario o leo en el periódico que han muerto niños en tal o cual guerra siento una vergüenza enorme por la mayoría de mis congéneres. Unos, matando; y otros, asistiendo impávidos al espectáculo, cómodamente instalados en nuestro sillón, como si la cosa no fuera con nosotros.
La infancia és aquella etapa de la vida en que uno debe aceptar, sin comprensión ni entendimiento, las conseqüèncias de las decisiones de los adultos. Aceptar que los lazos afectivos y emocionales que aseguran el desarrollo armónico de la persona se puedan romper por una estupida guerra, por la necesidad de emigrar a otro entorno. etc.
Siempre,la infancia será la etapa más débil de la persona, por necesitar una estabilidad que , en ocasiones,es dificil asegurar.
Sin duda, los adultos debemos hacer todo lo posible por que la infancia crezca en un entorno equilibrado a todos los niveles. Lástima que no todo el mundo le conceda la misma importancia a esto...
Gracias, Sergi, por tu aportación.
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