Eran tiempos de risas contenidas y traviesas,
de encuentros sin prisas
y tiempo de sobras
para hablar de nuestras cosas.
Eran tiempos de llamadas a deshora,
de consejos,
de lecturas compartidas
hoja a hoja,
de mensajes desde lejos
que llegaban siempre a tiempo.
Una vez tuve la certeza de ser feliz.
2 comentarios:
Guarda esa certeza, como el más preciado tesoro, pues es un sentimiento efímero que cuanto más te esfuerzas en retener más se aleja. Quizás, cuantos mas momentos llenos de ese sentimiento podamos atesorar, más plena serà la vida.
Aunque con un poso íntimo, este poema ya no es más que un mero juguete literario, un motivo, una excusa para escribir. Gracias, sin embargo, por tu preocupación. La herida ya no "sangra". ;)
Un beso
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