miércoles, 5 de febrero de 2020

De cuerdas flojas


Llevo varios días haciendo malabarismos sobre la cuerda floja. Decidiendo si lanzarme a la segura red o armarme de valor y  tirarme de cabeza a la piscina. Por suerte, hay veces en que la vida  te despierta del letargo con una bofetada y te das cuenta, a tiempo o no, de que puedes estar perdiendo algo que vale la pena por miedo a las alturas.  ¿Paracaídas o salvavidas?  No lo sé. Puede que con ambos me rompa igual la crisma. Lo que sí sé es que quiero volver a cerrar los ojos un sábado de reluciente sol y, cogida de tu brazo, decirte guíame, confiando en que aún quieras conducirme hacia ti y sin perder el paso.

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