Puedo ver tu soledad,
puedo tocarla...
Estar llorando a lágrima viva
y entre lágrimas verte a ti también llorar,
en la distancia,
en la noche,
preguntándote,
quizá,
qué hacer con tu vida.
Cuántas noches como ésta
habremos compartido,
sin saberlo,
la soledad,
el recuerdo,
las lágrimas...
Y no es justo sufrir tanto.
Dejemos la pena para mañana.
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