No te moleste el que tras la cortina del tiempo
dibuja tus horas infinitas.
No te moleste el que te ve como espuma de mar
y sonríe burbujas de estrellas plateadas.
No te moleste el que llora y maldice su suerte,
porque no aguanta más sin verte.
No te moleste el que se arranca palabras lacerantes
de la carne,
no.
El que pasea su sombra entre la gente como un alma en pena
esperando su salvación,
no te moleste,
no.
No te moleste,
porque ése soy yo.
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