Hoy he vuelto a escribir. Ya empezaba a preocuparme el que llevara tanto tiempo sin sentir la necesidad de enfrentarme de nuevo a mis fantasmas. Siempre me pasa, mi melancolía tiene un secreto resorte que se activa con la lluvia y que desencadena en mis regiones interiores una tormenta de imprevisibles consecuencias.
Cuesta, no creas, resistirse a la tentación, pero he aprendido que es mejor no ceder a ella, he sobrevivido ya a muchas tormentas de éstas… Y sé que, en estos casos, es mejor soportar los embates del viento sujetando fuertemente las palabras, y atarlas si hace falta al mástil de la nave para que no acaben convertidas en desafortunados cantos de sirena. Es mejor así, créeme, debo resistir como pueda la borrasca, esperar a que llegue la calma y se abran tímidos claros. Mientras tanto, me refugio al otro lado del espejo y recurro a mi confidente y confesora, esta silenciosa hoja en blanco, en la que hoy, por no escribirte, me escribo.
2 comentarios:
Hola, Ester!
M'ha agradat MOLT.
I a mi m'agrada que t'agradi! ;)
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