Cada vez que te miro
me sostienes la mirada,
apenas unos segundos,
antes de decir ¿qué pasa?
Mi mirada te interroga
con la fuerza de una ola,
la tuya aguanta como puede y,
al poco,
en palabras se transforma:
¿Qué pasa?
Cuando me acerco sonríes,
entonces yo también sonrío
y tú sonríes de nuevo.
Es nuestro particular círculo vicioso
del que solo nos saca a tiempo un beso.
¿Qué pasa?
Algo muy parecido al amor
pasa.
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