martes, 23 de junio de 2020

De cicatrices


Recorrer tu cuerpo es transitar un camino plagado de señales de un dolor antiguo que se abrazó a tu piel como una llama.

Recorrer despacio su caprichoso trazado, besarlo suavemente, me hace partícipe de su historia, de un dolor que ya no existe, por fin, más que en el recuerdo.

Cicatriz, qué nombre tan poco agraciado para nombrar ese río de lava bajo el que se oculta la carne maltratada, avergonzada por creerse fea, sin saber que, a los ojos de quien ama, será siempre la señal inequívoca del valor de la lucha, ya sea en el verde campo de batalla o en el blanco de un aséptico quirófano.

Así que no te avergüences nunca de tus cicatrices, porque son las medallas con que la naturaleza premia tu dolor pero también tu valor, y si tiemblas cuando en mi viaje por tu cuerpo las visito y, una a una, les dedico un beso, si tiemblas, entonces, que sea siempre de amor.

No hay comentarios: